jueves, 26 de enero de 2012

¿DAMOS UN PASEO?

Erase una vez, en un país de alegría, en donde la felicidad existía en cada esquina, se avecinaba una tormenta que podía causar miles y miles de destrozos.

Entonces, unos señores que se definían como los Salvadores del País, los Todopoderosos, más poderosos que el mismo Dios, quisieron ocultar a los demás habitantes aquella hecatombe.

La tormenta se acercaba cada vez más. La gente empezaba a sospechar que algo grande se avecinaba.

Un hombrecillo, uno de los Todopoderosos, con un habla característico y peculiar, responsable de ciertas imitaciones hacia él, decidió oponerse al líder de los Salvadores del país.

Tal fue la oposición, que ya no importaba lo que dijeran los habitantes, si no que alguno de los dos fuese el más escuchado.

Poco a poco la tormenta llegaba, y cada vez más eran las viviendas perjudicadas por ella. Personas sin saber dónde acudir. Todopoderosos que no escuchaban. Que no actuaban. Que no respondían. Que no hacían nada. Bancos insolventes. Desgracias.

Menuda realidad es la que vivimos. ¿hasta cuando durará?